Para
comer bien necesitamos alimentarnos de forma variada y equilibrada.
En nuestra dieta debemos incluir los distintos tipos de alimentos, en
proporciones y cantidades variables. Estas cantidades variarán según
la persona y sus hábitos de vida. Una proporción de los distintos
grupos alimenticios, 55% de hidratos de carbono, 30 % de grasas y 15
% de proteínas, sería adecuada para tener esa dieta variada y
equilibrada, aunque claro está las proporciones variarán según la
persona.
A
la hora de elaborar nuestra dieta debemos conocer muy bien qué es lo
que comemos, el grupo alimenticio al que pertenece ese alimento, su
contenido calórico, y muy importante, cómo lo elaboramos, o cómo
lo han elaborado. Para ello nada mejor que un pequeño vistazo al
etiquetado del producto, en él además de la procedencia, que a
veces parece que es lo que más nos preocupa, veremos ingredientes,
cantidades diarias recomendadas y procesos de elaboración y
conservación.
A
mis alumnos les suelo proponer, que me hagan un menú diario, con
cantidades aproximadas y aporte calórico. Además realizamos un
análisis de nuestra actividad diaria y calculamos nuestra tasa
metabólica basal. La diferencia entre el aporte y el gasto nos da
una idea de la idoneidad de nuestra dieta. A partir de aquí
trabajamos en la mejora tanto en cantidad como en calidad de nuestros
alimentos.
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